Jojutla.- A casi cuatro meses del sismo del 19 de septiembre, ayer fueron deshabilitados los dos albergues que aún operaban en el municipio, por lo que cerca de una centena de familias tuvo que dejar estos refugios y buscar su reubicación.
María Esther Millán Magaña, coordinadora del albergue temporal de la unidad deportiva “Niños Héroes”, dio a conocer que la determinación de cerrar estos espacios se realizó con previo consenso y se llevó a cabo un sondeo. “Ya muchas personas tenían su casa lista para retirarse y además de que esta unidad deportiva tiene una función y había que entregarla a quienes habían prestado este espacio a casi cuatro meses. Más de un mes se les estuvo diciendo, desde la semana pasada se habló con ellos y finalmente el lunes se les confirmó que sería deshabilitado”, explicó.
Aseguró que para la reubicación de las familias damnificadas se contó con el apoyo de la Policía Federal y estatal que estaban trasladando las pertenencias de los damnificados al espacio donde serían ubicados, el que deberá ser en algún predio o lugar que consiguieron para instalarse.
Finalmente mencionó que a las cinco de la tarde de ayer se realizó un convivio de festejo, en el que las más de 70 familias que permanecían en este espacio recibieron la última despensa, además hubo rifas, comida y otras actividades. “Las familias no se van con las manos vacías, sino con víveres dependiendo el número de integrantes de la familia. El albergue inició con 85 familias, posteriormente cuando se recibieron las casas fueron alrededor de 72 y finalmente hubo mucha movilidad de damnificados que hoy en día se reincorporan a realizar sus actividades normales “, acotó.
Por su parte, Cristóbal Acevedo Aguirre, encargado del albergue del parque La Alameda, confirmó que desde la tarde del jueves se comenzó a desmantelar este espacio donde se contaba con 25 casas que albergaban a alrededor de 150 personas, dispensario médico y acopio de apoyos.
Aseguró que la mayoría regresa a sus predios y la Policía Federal y estatal están apoyando a la reubicación. “Hubo una reunión previa con una fundación donde estuvieron de acuerdo las personas ya que tenían que regresar a hacer sus actividad. Hay quienes estaban rentando; en muchos casos se les está apoyando con un incentivo de un mes para que logren rentar y retomar su ritmo de vida”, apuntó.
Sin embargo, a pesar de que ambos responsables de los albergues garantizaron que las familias afectadas están en condiciones de retomar sus actividades, la señora María Salgado Guzmán, damnificada del albergue La Alameda, se dijo desprotegida tras el cierre del refugio, ya que tiene una familia de seis integrantes, de los cuales dos son menores de edad, y su vivienda que se derrumbó (ubicada en la calle H. Preciado número 209) era rentada. “Yo rentaba. No tenemos a dónde ir, ni dinero para pagar la renta. Hemos tratado de irnos reincorporando a la actividad laboral pero no ha sido fácil. Se siente uno preocupado por no tener a dónde ir. Nos dan la casa de campaña pero no tenemos dónde instalarla. Sí tenemos familiares pero sus casas son chicas y no cabemos todos, así que estamos viendo dónde pasaremos la noche”, dijo.