La coalición de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Movimiento Ciudadano seguramente alcanzará hasta 15 espacios –ya con sus plurinominales- ante el éxito rotundo en la contienda pero también con el freno que establece la cláusula de sobrerrepresentación en donde ninguna fuerza puede sobrepasar el 51% de los espacios. Esa historia la vivió el Revolucionario Institucional en la actual LI; recuérdese que tres diputados se quedaron fuera: Guillermo del Valle, Laura Ocampo y Samuel Palma.
Hay otros tres espacios que fueron obtenidos por otras fuerzas para completar los 18 distritos por los que se compitió en la búsqueda del voto: en Jonacatepec triunfó el Verde, en Ayala con ligero margen y Yautepec Poniente el PRI.
Los restantes espacios (12) han de ser distribuidos en una primera ronda para los partidos que hayan alcanzado por lo menos el 3% de participación; es decir uno para cada uno. De ahí inician varias vueltas de acuerdo al porcentaje total. La conformación final será explicada el próximo domingo una vez que el Instituto Estatal Electoral entregue las constancias de mayoría a quienes resulten beneficiados con ocupar una curul.
Puede augurarse que en la coalición que encabeza el PRI por lo menos ingresarán 4 y tal vez hasta 5 diputados plurinominales; del PAN podemos observar a 4 y el PSD tendrá su unidad.
Sin embargo habrá 8 bancadas. Cada uno de los partidos habrá de tener su representación y su coordinador a excepción –de confirmarse al PSD con un espacio- que podrá optar por ir en la singularidad o vender esa posición para fortalecer a alguna de las otras fuerzas; por supuesto que sería en la segunda en los resultados.
Nada fácil será definir quienes encabezarán la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política; en la primera seguramente irá un perredista, en el espacio de las decisiones primarias, nadie tendrá un control porque no se pueden asegurar los votos en un solo sentido cuando se tienen variables en las posturas partidistas aunque se haya llegado en alianza al legislativo.
Para las decisiones y el actuar del gobernador será un factor de equilibrio muy importante el próximo Congreso; si bien es cierto que existirá un 50% con una tendencia de izquierda eso no quiere decir que Movimiento Ciudadano y el del Trabajo empaten siempre con las propuestas del Ejecutivo o del PRD. Para la conformación de las alianzas fue una gran lucha y se llevó años el armarlas, ahora imagine, amable elector, en el acto de gobernar.
En lo que no debe caerse es en el estancamiento y en la lucha estéril por el control del Congreso; la incorrecta actuación de la bancada tricolor en la actual Legislatura no puede repetirse; el daño causado al estado afortunadamente se reflejó en las urnas. El precio es enorme y por supuesto que se paga, ante ello deben entender los diputados que deben cumplirle a sus representados.
Son pocos los diputados priistas que lograron alguna posición inmediata; Julio Espín es uno de ellos. Ahora irá sólo a gobernar su municipio, veremos si el pueblo de Puente de Ixtla no se equivocó.
Está próximo el cambio en el Legislativo; en el actual Congreso se sigue avanzando en varios pendientes y que bueno que así sea. Cuidado solamente en generar cambios o ajustes que afecten a la próxima administración.
El juego democrático y los resultados definidos por la ciudadanía obligan a quienes también llegaron por el voto a una curul, a ser precavidos en generar leyes y adecuaciones que vean por el bien del estado y no por limitar a un futuro gobernante. Fue muy grave la actitud de los diputados del PRI cuando Sergio Estrada Cajigal resultó vencedor en 2000; privó el rencor y el temor de lo que venía en la primera administración panista en el Estado. Hoy de nueva cuenta hay una mayoría tricolor en el Congreso y llegará la primera gubernatura de izquierda en Morelos; fortalézcanse las instituciones pero no a costa de poner trabas vengativas a quienes legítimamente obtuvieron el triunfo.