Impresiona la presunta sangre fría de estos funcionarios, han sido evidenciados y tienen todo el derecho de reclamar si algo no es cierto, actuar legal o como deseen. No lo hacen. Le apuestan al olvido, meten la cabezota en el hoyo y que siga la fiesta.
No hay que perderles la vista, hay mucho dinero en juego, que más que en el uso de sus campañas políticas, lo quieren para asegurar el futuro de varias de sus generaciones. Es un grupo de bandoleros abiertos, que cometen delitos sin que nadie los moleste. Para croar este corto comentario les decimos lo siguiente:
Que el profesor apellidado Mariaca, que cobra la revista mecánica y no se para en la oficina porque según da clases en una institución educativa dependiente del IEBEM y la Secretaría de Educación, busca que Felipe Sedano o el titular Alejandro Pacheco, sean sorprendidos por tercerones, que le van a firmar horas de trabajo con fechas viejas para que justifique sus ausencias y robos en el transporte. Podrían ser sus cómplices. Abusados.
Fidel, Rabín, Miguel y el PRD
Fidel Demédicis es inamovible de la primera posición al senado como candidato de la fórmula Morena—PRD y Anexas. En tanto el tema de Graco y su candidatura presuntamente retenida hasta nuevo proceso interno sigue en el limbo –no hay contundencia por desmentirlo, por lo tanto parece que algo pasa--, y uno de los terceros en discordia, Rabindranath Salazar Solorio fue prácticamente ordenado para ir debajo de Fidel rumbo al senado. Para que entre el todavía diputado tienen que ganar el gobierno del Estado. Rabín carga una loza pesada porque pasados casi tres años no sustenta cuentas millonarias como presidente municipal. La Auditoría Superior Gubernamental que en los hechos es una especie de supervisor o jefe como presidente de la Comisión de Hacienda de la actual legislatura, no se encuentra en sus manos y la suerte de su “parna” y socio Miguel Ángel Rabadán corre con la suya, de ahí la insistencia casi enferma en colocarlo en los dos primeros lugares de lista del próximo Congreso, porque el actual presidente de Jiute no gana en la votación directa. Se encuentra demasiado débil y enfrenta procesos severos en terrenos financieros.
Se perdió Omar
La oportunidad dorada de un joven morelense como Omar Guerra Melgar, se deterioró por la pérdida del piso. Buen paisano, parte de una familia querida y respetada, a Omar parece haberle caído de peso su llegada al Congreso. Está en tiempo de evitar una confrontación con un sector del que si bien formó parte, nunca manejó un liderazgo como es el periodístico. Otros colegas, profesionales también, están en desacuerdo con el manejo y las formas del Sistema de Radio y Televisión del Estado –que no del Congreso, ni del Gobierno y menos de uno o más diputados, empleados nuestros, de los ciudadanos pues—y lo han manifestado.
Nada pierde el diputado Guerra con revisar las cosas, con mesurarse, con no hacerle al mago de la edición y la política informativa. Que abran ese sistema en el marco de la ley y sus posibilidades. Así vimos la llegada de Roberto Díaz Guerrero. Son cargos en los que hay que trascender más si se pertenece al gremio informativo, son efímeros y pueden dejar mala huella si se pierde la cabeza. Estos sistemas no se manejan con fundamentos de partido o de grupos. No, está bien claro en su conformación jurídica y en sus objetivos sociales. Simplemente que los cumplan y no habrá mayor desgaste, porque dígase lo que se diga, a Omar lo han metido en esa zona y diría el admirado Juan Gabriel: “pero qué necesidad, para que tanto problema”.