Quien gane la presidencial en Morelos tendrá nula o menor incidencia en los números generales, por ello vemos frentes donde están todas las canicas en juego y otros que ni un hueso les avientan sus dirigencias nacionales. Por lo tanto, la batalla es local cien por ciento y le echan su resto.
Dos la juegan: PRI y PRD, por más que el ex Cuadradito de Basoco, Adrián Rivera Pérez, trate de llamar la atención.
A propósito de Adrián: adelgazó un buen, deseamos que haya sido por algún régimen y no por causas de excesos. Sabemos de qué hablamos porque lo vivimos en carne propia y muy cerca. El color no es de un atleta. Pero se ve bien, aunque se ha ganado con toda justicia el Ex; ha dejado de ser El Cuadradito, para infortunio del que escribe que hasta registro pensaba ya con el personaje.
Bueno, Morelos fue hace seis años lopezobradorista y parece que así será para esta que sigue. Es donde surgen preguntas sobre la descoordinación que en los altos niveles locales se han dado en el PRI, donde cada quien juega para su equipo y nadie, nadie, ha logrado poner las cosas en su lugar. Cada uno de los responsables tendrá que rendir cuentas y sus esperanzas las basan en sus cargos, así que a nadie sorprendan las decisiones del 2 de julio, Y hablamos del PRI.
Con el PAN se advierte que han asimilado su condición de tercer lugar y se limitan a aparecer en los medios, un tanto de ruido y no meterse en el desgaste. Seguro entendieron que se agotó el combustible y no existe ninguna posibilidad, cuando menos para gobernador. Dan su pelea en municipios, alguno importante y otros más pequeños y en lograr ya sea dos diputaciones de distrito, lo que tampoco se les ve fácil. Su desplome es espectacular, de llamar la atención cuando están en el gobierno.
Y no tendrán que voltear a la administración adamista, porque en los afanes de familia sagrada, se hicieron a un lado el desarrollo y la oportunidad para muchos cuadros que, unos a la deriva y otros ya están sirviendo, abiertamente, a otras causas. Las fallas las va a cargar el comité estatal y sus malos cálculos. No será sencilla su rehabilitación, va a tardar, porque lo primero que deben hacer de nuevo como oposición es abrir los espacios, y será duro para la burocracia panista, la de los José Raúl, Oscar Sergio, Adrián Rivera, Germán Castañón, Liborio Román Cruz Mejía, Javier López Sánchez –que por cierto anda feliz de la vida por la calle, hasta silbando, alegre y optimista, no sabemos si trabaje o no, pero lejos de los problemas de un común--. Fueron los hacedores y destructores del PAN y su tiempo en el poder. Lo demás –sus alcaldes en Cuernavaca y gobernadores que no eran de su extracción, fueron circunstancias que los beneficiaban- pero sin duda salieron demasiado medianitos para trabajar en sus administraciones.
A muchos les ganaron los complejos y hasta abusos cometieron, eso en el Nombre del Señor. Ya en broma les gritaríamos: ¡Pecadores! Aunque el poder es tan especial, que se les va a resbalar. Sin embargo, la ley de la política cuando no se construye los regresa a hacer tabiques, desde atrás y con la experiencia adquirida, podrán volver al poder, más asentados y con menor protagonismo.
¿Qué se espera para el 1 de julio, ya en 17 días? Queman sus naves los desesperados, los que se sientan seguros se dedican a “jabear”, a dar “bola” como se dice en el argot boxístico para no ser alcanzados por un volado en los últimos minutos, y los demás prenden veladoras y hasta antorchas para que los partidos de pelea den los votos suficientes para la conservación de sus registros, porque sus piezas ya fueron colocadas en sitio de privilegio gracias a las mal paridas alianzas y coaliciones, que excluyen el trabajo de los militantes de cada partido. La comodidad primero.
Y ya que hablamos de box, lamentable la muerte del mejor peleador amateur de la historia, el cubano Teófilo Stevenson, un prodigioso peso completo que ganó todo y a todos en su carrera. Ni siquiera Lazlo Pap, un superdotado húngaro de mediados del siglo pasado, triple campeón olímpico, se le acerca. Stevenson falleció hace tres días en La Habana.