“En lugar de condenar a la gente,
vamos a tratar de entenderlos.
Vamos a tratar de averiguar
por qué hacen lo que hacen”
-Dale Carnegie-
El 20 de octubre pasado, hace seis días, fui invitado por el Centro Familiar para la Integración y Crecimiento A. C. (CFIC) A. C. y la estación de radio Activa 1420 AM, ambas de Cd. Juárez Chihuahua, a una entrevista en el programa “Activación Emocional, vivir en plenitud”. Me gustó mucho lo que están haciendo en esa ciudad, que, obviamente llega a todo el estado y supongo, que más allá. Y en el caso de los que tenemos internet, podemos disfrutar de esa información sin importar en dónde estemos.
No fue casualidad mi participación en el programa de radio, en realidad conozco a Silvia Aguirre, la presidenta de dicha asociación, a quien tuve la oportunidad de conocer hace algunos años ahí mismo, en Cd. Juárez, pues fui invitado a impartir una plática en agosto de 2017 en la 6ª Jornada CFIC “Resiliencia, un pacto con la adversidad”. Y la verdad, fue una oportunidad maravillosa compartir tanto con los ponentes como con las y los participantes, temas relacionados a la resiliencia. Esa capacidad para salir adelante, a pesar de los eventos traumáticos, pérdidas, sufrimiento y duelos que hayamos vivido.
Raquel Ramírez, conductora del programa de radio, me realizó varias preguntas, y, bueno, pues espero que haya respondido a todas, de la manera en que esperaban los radioescuchas. Sin embargo, muchas cosas quedaron en el tintero. Porque si bien es cierto que existen elementos para sobrellevar las cargas a las que estamos expuestos desde que nacemos, y que nos ayudan a salir adelante para reconstruirnos y deconstruirnos, la pregunta que me ha estado dando vueltas es qué otros elementos hay para acceder, desde nuestro nacimiento, a ser mejores personas sin tener que pasar por el sufrimiento. Pero inmediatamente me llegan las palabras de Boris Cyrulnik cuando dice que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Lo que significa que todas las personas estamos expuestas a situaciones traumáticas durante nuestro trayecto por la vida, pero, sin embargo, depende de uno mismo si quiere avanzar o se quiere quedar estacionado en esa “estación del sufrimiento”.
Si logras pasar esa etapa, dice mi escritor favorito, después de avanzar en la vida, nace un deseo altruista, nacen deseos de ayudar a otras personas porque ya sabes qué es el sufrimiento. Y finaliza diciendo que el altruismo es un mecanismo de legítima defensa para combatir el dolor. Pero hay que tener cuidado. No hay que centrarse solamente en los otros porque nos puede afectar. Hay que ayudar a los demás, pero sin despersonalizarse.
Y es aquí, donde también llega Cyrulnik a responder mi pregunta. Veamos: Boris afirma que el altruismo tiene mucho que ver con la empatía, es decir, ponerse en los zapatos del otro. Pero, los niños privados de afecto y los aislados sensorialmente, si no tienen a nadie, no pueden aprender empatía. No hay altruismo porque no hay empatía debido a la carencia afectiva precoz. Pero si creamos un entorno seguro para un niño, aprenderá a descubrir al otro. Eso sólo puede ocurrir si se siente seguro y así iniciará un proceso de altruismo.
¡Voilá! Aquí está la respuesta: Entorno seguro. Este proceso inicia con la madre del bebé porque estadísticamente son ellas las que se encargan de los hijos, pero, en mi opinión, también puede, un padre, ofrecer esa seguridad a su hijo o hija en ausencia de ella. Continúo: ella se tiene que sentir segura y ella, al darle seguridad al bebé, éste se sentirá seguro. A partir de ahí, ese entorno debe tender al crecimiento junto con el padre, la abuela, la guardería, el jardín de niños, y especialmente, ese entorno seguro deberá sentirse más en la casa. Todo este ambiente, hará para ese niño o niña, una gran experiencia de vida. Todo serán aventuras. Puede haber estrés, pero no habrá nada que no pueda ser superado. Habrá un placer gratificante en la vida.
Cyrulnik menciona dos factores muy grandes que vulneran a un pequeño: El primero es la violencia conyugal y el segundo es la precariedad social. Esta última, cada vez es más frecuente. Si hay personas que no tienen suficiente dinero, estas personas no tendrán ganas de convivir con sus hijos, los hijos siempre estarán tristes. Su entorno no les aporta seguridad. Y, por tanto, en la escuela tienen miedo, no se sienten seguros en ese lugar. Es probable que no aprendan mucho, que no sean buenos estudiantes, y no porque tengan una enfermedad en el cerebro, sino porque no han sentido seguridad desde que empezó a formarse su personalidad.
¿Ahora que lo sabes, tomarás una decisión al respecto? ¿Qué clase de hijas e hijos quieres? Ahora, que lo sabe el gobierno (y estoy seguro que lo sabe), ¿se tomarán decisiones para implementar políticas públicas al respecto para solucionar la precarización social?
El entorno seguro traerá como consecuencia, mejores ciudadanos para lograr el desarrollo de una cultura de la paz.