Un momento emocionante es el intercambio de regalos y para los niños definitivamente es el punto culminante del festejo. Es aquí donde les puedo ayudar en la búsqueda de un regalo económico, creativo y ecológico.
“Menos es más” es una frase famosa, que me gusta mucho. Se originó con un arquitecto alemán, Ludwig Mies van der Rohe, uno de los más importantes del último siglo. Se refiere al concepto del minimalismo que se caracteriza por la extrema simplicidad de sus formas arquitectónicas. El uso de colores puros, de formas simples y geométricas y de materiales industriales, utilizados de la manera más neutral posible, es el punto clave. Es un estilo muy limpio, en donde se toma en cuenta el todo sobre las partes. Además, el minimalismo le da gran importancia al espacio y a los materiales ecológicos. Las formas puras combinadas con la sencillez y con el color blanco dominando el conjunto dan un efecto mínimo, limpio y de mucha luz. El uso de colores puros y subtonos del blanco es la marca de este estilo arquitectónico que subraya la idea que la simplicidad y la claridad son la base del buen diseño.
El concepto del minimalismo tuvo mucho éxito en los años ochenta hasta lograr una influencia no sólo en la arquitectura y el diseño sino también en la pintura, la moda y la música. Lo menciono porque es una noción que subyace en algunas de las mejores ideas y podemos aplicarla a la Navidad para que gastemos menos, impactemos más y promovamos el pensamiento ecológico en la selección o la creación de los regalos de Navidad.
No es necesario ni recomendado regalar juguetes hechos de y empacados en plástico. Es un gasto innecesario que produce mucha basura, capta la atención del niño por poco tiempo y se rompe fácilmente por su fabricación de mala calidad. En estos momentos de crisis financiera y de precios altos de las necesidades básicas de la vida, es importante ser cautelosos con los gastos. Una buena opción es decidir primero un presupuesto: tanto dinero por persona. Debería ser una cantidad que no afecte de manera negativa tus gastos de la semana y, aunque poco, sea suficiente dinero para comprar algo bueno y sencillo para tus familiares y amigos. Recuerda que menos es más y regalar una planta, como un ciclamen, o un árbol que toda la familia puede plantar y cuidar, es de mucho valor, sobre todo porque gastarás poco y actuarás desde los principios ecológicos.
Para los niños, es fácil encontrar cosas sencillas pero útiles, que tengan un propósito específico y un uso diario. Un buen ejemplo: con el fin de no comprar botellas de agua hechas de plástico y cuidar el consumo de agua, yo sugiero que compres botellas de acero de la marca KA-AB (www.ka-ab.com). Cada botella ayuda a eliminar desperdicios y te ayuda a mantenerte hidratado con estilo y conciencia global. Existe una amplia gama de diseños, cada uno de ellos inspirado por la naturaleza, y con tu compra estarás ayudando a una iniciativa ecológica. Por ejemplo, si escoges la botella que muestra una mariposa, estarás apoyando el cuidado y la conservación de la reserva de la biosfera de la mariposa monarca. Con un regalo de este tipo estarás promoviendo el uso responsable del agua, la limpieza (porque ya no tendrás que tirar nada), el mayor consumo de agua y no tanto de refresco, e incluso la economía, porque ya no comprarás botellas de agua de un costo exageradamente alto. En Morelos tenemos la oportunidad de comprarlas en el Hostal de la Luz, en Tepoztlán, o bien pedirlas a través de la página web.
No es necesario demostrar que quieres a tu familia gastando fuertes cantidades de dinero en regalos de orígenes dudosos. Recuerda que menos es más y que con un poco de creatividad dirigida por una conciencia ecológica encontrarás regalos originales, bien pensados y útiles. No se requiere de mucho dinero para traer alegría a las celebraciones navideñas. Usa tu mente en conjunto con tu creatividad, busca las opciones más sencillas y pasarás una Navidad llena de armonía y tranquilidad.
Te deseo felices fiestas y un Año Nuevo lleno de éxito con propósitos ecológicos que nos ayuden a vivir con menos, pero con más alegría.