La verdad es que en el momento en que se planteaba la coalición, aun sumando PAN y PRD no llegaban a ser realmente una amenaza para el PRI. La certeza de la derrota buscaba una salida airosa, y plantearon la idea de mantener las ideologías limpias aunque se perdiera la elección.
Los candidatos de la oposición eran naturalmente los mismos de hace 18 años y con el agravante que se enfrentaban a un electorado nuevo. La actual generación no los conocía, pero se encontraron los jóvenes ante dos candidatos de edad avanzada, poco atractivos para ellos y con un lenguaje muy para otra época. Esta segunda edición, 18 años después, vino a dar por resultado que el joven votante se sintiera alienado de estas figuras; no era ni lo que esperaba ni lo que podía atraer simpatías. Además, en el Estado de México no hay una ideología muy clara, nadie es ni panista ni perredista ni priista a morir, sino que ven el desarrollo del Estado de México como algo muy importante por adelante de muchos otros estados de la república y más interesados en el futuro que en figuras del pasado. Aceptaban con gusto las viejas hegemonías a cambio de seguridad económica.
Ya pasó la época en que se hablaba del corredor azul, es decir, la zona conurbada entre el Estado de México y la capital del país que era dominada por el PAN, pero era otro PAN. Era la época en que este partido era de oposición y naturalmente la reacción era en contra del gobierno establecido, es decir, el PRI, que era el anatema para este corredor azul. ¿Qué ha pasado desde entonces? Que el PAN se volvió gobierno, que los puros panistas no fueron tan puros como pregonaban y poco a poco se fue deteriorando la imagen de los gobernantes del partido blanquiazul, de tal manera que el famoso corredor azul se empezó a desteñir. Por otro lado, la aplanadora amarilla que en sus mejores tiempos trató de organizar a la parte de la población menos favorecida y tenía un discurso alentador que posiblemente en su tiempo dio resultado, pero para la actual generación de votantes era un lenguaje no sólo pasado de moda sino incomprensible para ellos.
Por otra parte, la campaña fue muy aburrida. El Partido Revolucionario Institucional apoyado en los grandes recursos del gobierno del estado volvió al reparto de despensas y regalos tratando de convencer a la ciudadanía de que votara por ellos en parte como forma de agradecer los regalos que se le hacían. Además, la plataforma publicitaria fue enorme, porque tenía un doble objetivo, ganar el estado y mostrar fuerza por parte de Peña Nieto que está en busca de la candidatura presidencial.
Por su lado, el discurso de la campaña tanto del candidato del PAN como del PRD eran aburridos, no hablaban el mismo lenguaje que la nueva generación y repetían los lugares comunes que a base de verlos constantemente en los medios y estudiar sus formas de hacer política acabaron por aburrir a la clientela. No es en vano que el resultado no los favoreciera.
Había también una motivación un tanto negativa para el gobierno panista de la federación porque no se dieron los grandes cambios que se esperaban ni tampoco los grandes avances ni en economía ni en políticas sociales. En cierta forma se volvía un tema negativo para votar por el representante del Partido Acción Nacional y por otro lado la falta de identificación con los jóvenes y con el electorado en general del candidato del Partido de la Revolución Democrática acabó por dar al traste con la posibilidad de un resultado diferente al que sucedió.
Esto es muy claro: ante la posibilidad de una candidatura ciudadana, el electorado fue conformista. Esto indica que el 2012 verá una elección poco aceptada, todos los partidos están a la baja. La razón: las mismas caras, la misma retórica, las mismas tácticas. Mientras el monopolio de los partidos políticos continúe, el proceso electoral del año entrante será gris y sin sustancia. El sistema electoral actual está agotado.