Una empresa inglesa llamada Studio Swine (www.studioswine.com) ha empezado a fabricar bancas y sillas hechas totalmente de pedazos de plástico reclamados del mar, especialmente coleccionados de las playas del Reino Unido. El proceso incluye separar lo orgánico (algas) del plástico, para convertirlo en biocombustible que luego se utiliza para derretir el plástico. Una vez derretido el plástico, se vierte en forma líquida en un molde para producir el Sea Chair (silla de mar). El objetivo es darle un uso práctico a la basura que llega a las playas, lo cual me parece una idea excelente. Sin embargo, tendrían que fabricar miles y miles de sillas para terminar con el problema y dudo mucho que lleguen a producir tantas sillas, pero no quiero hablar mal de un proyecto tan original y meritorio. Yo estaría orgullosa ser dueña de una Sea Chair.
Tata Motors es una empresa muy conocida en la India, por sus automóviles pequeños, económicos y sustentables. En fase de desarrollo para el mercado comercial está un auto – llamado Tata Airpod – cuyo motor funcionará a través de aire comprimido. Jamás necesitará gasolina: sólo se llena el tanque con aire para hacer funcionar el pequeño motor eléctrico. Obviamente, no emitirá carbono y no contaminará el ambiente en lo absoluto. Será posible manejar el Airpod a velocidades entre 45 y 70 kph, que será perfecto para andar por cualquier ciudad. Todavía no está en venta, pero se habla de su comercialización en un futuro cercano. La noticia acerca de este automóvil novedoso salió en CNN, sin embargo no hay detalles todavía en la página de Tata: www.tatamotors.com.
La Fundación Bill & Melinda Gates (www.gatesfoundation.org) en Estados Unidos lanzó un concurso para re-inventar la taza del baño. La taza que todos conocemos ha existido desde hace más de 100 años y contribuye de forma importante a la higiene y a la buena salud de la gente, gracias a su conexión al agua y al drenaje. Sin embargo, hay muchos millones de personas alrededor del mundo, representando cerca del 40% de la población mundial, que no cuentan con ni tienen acceso a un inodoro. Lo que se elimina del cuerpo humano contamina tanto la tierra como el aire y, por supuesto, el agua, y es la causa de muchas enfermedades muy serias. Por lo tanto, se consideraba importante inventar una taza que no utilizara agua, que fuera higiénica y económica y, sobre todo, capaz de reciclar heces y orines. En julio de este año se anunció que un proyecto desarrollado por un equipo de la Universidad de Loughborough en la Gran Bretaña fue el ganador, por lo que se le otorgaron 250 mil libras esterlinas (o sea un poco más de cinco millones de pesos) para producir comercialmente esta nueva taza de baño. Su innovación se muestra en su funcionamiento. Cada taza propone transformar las heces en biocombustible para la generación de energía. Además, reciclará los líquidos para producir agua no potable, pero sí de una calidad suficiente para lavarse las manos o para regar. El proyecto fue lanzado el mes pasado en Ruanda, en el evento AfricaSan, como parte de la estrategia de la citada Fundación Bill & Melinda Gates en apoyo al agua, la sanitación y la higiene. Habrá más información sobre el proyecto supuestamente en este mes de agosto.
Reconozco y felicito aquí los esfuerzos de individuos alrededor del mundo por ser realmente creativos. Sus ideas son las que nos ayudarán a futuro, un futuro muy cercano, ya que los problemas en torno al agua son ya muy agudos. Reciclar todo lo que se pueda es el mensaje, además de reducir nuestra dependencia del petróleo. Está claro que podemos hacer mucho gracias a estos avances y depende de nosotros apoyar cada iniciativa como las que he mencionado hoy aquí.
Rosalind Pearson Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.