El tema de la protección del medio ambiente es uno que no recibe la debida atención en los medios de comunicación. Se difunde mucha más información que antes, sí, pero de alguna manera los medios seleccionan las notas según las tendencias políticas, según lo que les conviene compartir y según el valor noticioso. Una nota que apenas está recibiendo atención es posiblemente el peor desastre ambiental de este siglo, a la fecha. Se trata del país de Indonesia, que se está quemando a tal grado, desde hace más de tres semanas, que el humo resultante está cubriendo gran parte no sólo de Indonesia sino también de Malasia, Tailandia y Singapur. Tales incendios ocurren cada año, pero con el efecto de El Niño, este año la situación se ha vuelto cada vez más severa en cuanto al daño ambiental.
Si no fuera por las plantaciones de aceite de palma, a expensas de enormes áreas forestales, los incendios no serían tan intensos ni tan difíciles, si no es que imposibles, de controlar. No podemos imaginar qué tan severo es el problema; no podemos contemplar tanto humo que de hecho impide la respiración. No podemos visualizar a nuestros hijos ahogándose por el humo tan tóxico; no podemos entender la necesidad de evacuar a miles de familias de la zona. No podemos aceptar que tantas especies estén siendo consumidas por las llamas y el humo: tigres, orangutanes, pájaros e insectos de todo tipo están siendo incinerados. Toda la flora y la fauna de la zona están en peligro sino ya acabadas. Es algo terrible. No hay palabras adecuadas para describir el terror y el horror de tan trágica situación. Sobre todo porque la culpa la tiene el Hombre.
Otro de los problemas es que la tierra en estas regiones está cubierta de turba y una vez encendida se quema lentamente durante días. La turba está hecha de materia orgánica que se ha ido acumulando, hasta formar importantes cantidades de este material combustible que es utilizado en muchos países para uso doméstico.
Veamos algunos detalles para entender el alcance de este magno problema:
El incendio se está propagando a lo largo de los 5 mil kilómetros que mide Indonesia.
Actualmente está generando más dióxido de carbono del que produce Estados Unidos.
En las tres semanas que tiene el incendio más CO² ha sido emitido al ambiente del que produce anualmente el país de Alemania.
No sólo tigres y orangutanes sino leopardos, osos, gibones, rinocerontes y miles de especies más están muriendo en las llamas.
La turba, al quemarse, también emite gas metano, monóxido de carbono, ozono y gases como amonio y cianuro, que envenenan aún más el ambiente.
El humo penetra en las casas asfixiando a niños, ancianos y animales domésticos. Dentro de los edificios es difícil reconocer a la gente por el intenso humo que impide la visibilidad. Las máscaras que la gente usa son inútiles y la situación no podría ser peor.
La solución, aunque complicada, no es imposible. Se trata de controlar la corrupción y el poder de empresas tales como Kraft, Heinz, Unilever, PepsiCo y Starbucks, entre muchas otras, que son las que se han aprovechado de las tierras de Indonesia para desarrollar los plantíos de palmas. El aceite de palma es un mal moderno que se encuentra en casi todo lo que consumimos, desde botanas hasta comida procesada. Es un aceite que no necesitamos, nunca lo hemos necesitado y, si el costo de su producción resulta en la destrucción de tan extensas áreas de Indonesia, pues tendremos que aprender a vivir sin este ingrediente tan nefasto como destructivo.
Busca más detalles en Internet. Estarás terriblemente consternado de ver este incendio en imágenes. Los medios de comunicación deben cubrir este acontecimiento ambiental, informar a los ciudadanos y hacer ver la desesperación de los habitantes de Indonesia. No podemos permitir que ocurra este tipo de cataclismo, nunca más. Porque es un desastre para la humanidad entera.
Fuentes: