Todavía no hay claridad en cuanto a resultados contundentes. Todavía hay mucha discusión. Hubo discursos de todo tipo, de los líderes de los países más poderosos del mundo y de otros que están en peligro de desaparecer por el aumento en el nivel de los océanos. Hubo muy buenas intenciones, pero ésa es la parte fácil. Convertir las intenciones en acciones decisivas es el reto. Lanzaron también algunas iniciativas muy interesantes y las comparto aquí:
Mission Innovation: Accelerating the Clean Energy Revolution (Misión Innovación: acelerando la revolución de la energía limpia). Un grupo de países, entre ellos México, se comprometió a invertir mucho más en la innovación en torno a la energía limpia como parte de una respuesta global efectiva y de largo plazo a los problemas del cambio climático. La idea es asegurar un servicio de energía adecuado, costeable, confiable y disponible para todos. Por formar parte de dicha iniciativa, México se ha comprometido a duplicar la inversión en las energías renovables en los próximos cinco años, con el fin de acelerar el ritmo de la revolución de la energía limpia. Para lograrlo es crucial también involucrar al sector privado, pedirle una inversión importante que apoye este proyecto tan importante. Los invito a consultar la información a detalle en su página web: http://www.mission-innovation.net
Global Solar Alliance (Alianza Global Solar). Su propósito es fomentar el desarrollo global del mercado y la industria de la energía solar. Se propone divulgar información y sensibilizar tanto a la industria como al público que la energía solar es la solución de largo plazo para una economía sostenible de baja emisión de carbono. También pretende ser un catalizador para el desarrollo de nuevos mercados para las tecnologías solares. Más información en: http://www.global-solar-alliance.com.
The Great Green Wall Initiative (la Iniciativa del Gran Muro Verde). Es un proyecto que me parece estupendo porque se trata de plantar árboles y arbustos en una franja de tierra que cruza el continente de África por completo. La franja mide 15 kilómetros de ancho y 7 mil 100 kilómetros de largo, desde Dakar hasta Djibouti. El propósito urgente es detener la desertificación de la zona. También tiene el objetivo de mejorar las condiciones de la gente más necesitada y poner fin a la degradación de la tierra de la región Sahel-Sahara. La gente de esta zona africana depende de la tierra para su vida y sin un ecosistema adecuado su medio de subsistencia se halla altamente en peligro. Los recursos naturales han sido destruidos a través de los años, afectando negativamente el ambiente, la flora, la fauna, el clima también, sobre todo la temporada de lluvia. Con esta propuesta, el esfuerzo por forestar de nuevo buscará revertir la espiral decreciente en el nivel de vida de los habitantes. Hay mucha más información sobre este interesante proyecto en: https://www.thegef.org.
El reto más importante de esta reciente cumbre es conseguir el compromiso por parte de todos los países del mundo de disminuir sus emisiones de carbono al medio ambiente y de poner en marcha un plan contundente para lograrlo. Las autoridades siempre han hablado de un aumento límite de 2°C en la temperatura promedio global. Ya hemos llegado a tal límite y estamos viviendo las consecuencias. Esta semana la Gran Bretaña sufrió terribles inundaciones debido a una tormenta que tiene nombre: Desmond. ¿Desde cuándo les dan nombres a las tormentas europeas? Pues gracias al cambio climático ya están aprendiendo a vivir con acontecimientos climáticos tan destructivos que se ha vuelto necesario ponerles nombre.
¿La COP 21 tuvo éxito? Sólo el tiempo –y el clima– nos lo dirán.