He escrito varias veces en esta columna sobre el tema de los enormes parches de residuos plásticos que flotan en los océanos. Como no nos son visibles, se nos olvida que una inmensa cantidad de plástico termina en nuestros mares, envenenando pájaros y animales marinos, además del ecosistema completo. Hoy, les quiero compartir la maravillosa idea de un holandés joven e inspirado para deshacerse de esos terribles parches.
Primero, los hechos en frío. Aproximadamente ocho millones de toneladas de plástico llegan a los mares cada año. Debido a las fuertes corrientes marítimas, el plástico termina acumulándose en las áreas donde convergen diversas corrientes. A estas áreas se les llama “gyres” o, en español, giros. Existen hoy día cinco giros, pero el más grande se encuentra en el Océano Pacífico. Actualmente se estima que hay 5.25 trillones de pedazos de plástico en los cinco giros y las dos terceras partes se encuentran en el giro del Pacífico. Por lo menos un millón de aves marinas y 100 mil mamíferos marinos mueren cada año debido a esta contaminación. Los giros también causan problemas para los pescadores, las playas y las costas. Además, muchos de los fertilizantes y los insecticidas utilizados por los agricultores llegan a envenenar el mar, donde el plástico absorbe los químicos dañinos incrementando así su toxicidad. A su vez, se contaminan los peces que nosotros consumimos como alimentos frescos. Los problemas de salud que resultan para nosotros son serios. Entre ellos el cáncer, las malformaciones y los problemas de reproducción.
Hasta aquí la historia es muy triste, pero Boyan nos ha dado esperanza. Él, a través de su organización, ha desarrollado tecnologías para la extracción, la prevención y la intercepción de contaminación por el plástico. El reto del Ocean Cleanup entonces es llevar a cabo el mayor saneamiento de los océanos en la historia. A través de una campaña de financiación por multitudes, Boyan y su equipo consiguieron el dinero que necesitaban para lograr su idea: recaudaron más de dos millones de dólares gracias a 38 mil contribuidores de 160 países. Se aprecia, entonces, el nivel de preocupación que tenemos muchas personas alrededor del mundo.
Su idea es sencilla, como son casi todas las buenas ideas. Utilizando largas barreras flotantes, aprovechando las corrientes del mar, se recolectará en un solo lugar el plástico. Una vez concentrado será posible recogerlo para su reciclaje. Una plataforma flotante estará lista para extraer y cosechar eficientemente la gran mayoría del plástico concentrado, para transportarlo después a centros de reciclaje en tierra firme. Se estima que se puede remover 42% del plástico del Pacífico en 10 años, una cantidad aproximada de más de 70 millones de kilos de plástico. En este momento se está llevando a cabo la prueba piloto con la intención de realizar la operación al 100% en el año 2020.
Para saber aún más los invito a entrar al sitio web porque ahí dan información completa sobre las innovadoras tecnología e ingeniería que se están desarrollando y utilizando. Sin duda alguna, Boyan es un joven extraordinario. Ya ha sido reconocido como uno de los 20 más prometedores emprendedores del mundo. Además, en 2014, fue nombrado Campeón de la Tierra por las Naciones Unidas, cuando tenía sólo 19 años.
Su acción es muy inspiradora y nos brinda mucha esperanza. Si mientras tanto nosotros pudiéramos dejar de utilizar el plástico, cada vez sería menor la cantidad que llegue a los mares. Hagamos un esfuerzo para acompañar y apoyar a Boyan Slat en esta gran iniciativa. Se lo debemos a él y a los océanos.