Según un nuevo reporte sobre el tema, elaborado por las Naciones Unidas e Interpol, la situación amenaza no sólo a muchas especies sino también la seguridad y la paz de la sociedad de cualquier país. Es a tal punto crítico que existe un llamado urgente por un esfuerzo concertado y de amplio alcance, con el fin de lograr un desarrollo sustentable que garantice tanto la paz en nuestras comunidades como el futuro de todas las especies en peligro.
¿Qué se entiende por delito ambiental? Según el portal www.ecoportal.net es “un delito social, pues afecta las bases de la existencia social económica, atenta contra las materias y recursos indispensables para las actividades productivas y culturales, pone en peligro las formas de vida autóctonas en cuanto implica destrucción de sistemas de relaciones hombre–espacio”.
Sin duda alguna, la matanza ilegal de elefantes y rinocerontes ha contribuido a elevar la conciencia sobre el tema. Todos sabemos del destino de demasiados de estos animales tan majestuosos; desafortunadamente hemos visto fotos muy feas, donde se ve que el elefante ha sido matado sólo por sus colmillos y el rinoceronte sólo por su cuerno. Es terriblemente triste. Precisamente por esa delincuencia medioambiental estos animales ya están en peligro de extinción. Por otro lado, señala el reporte (http://unep.org/documents/itw/environmental_crimes.pdf) que los delincuentes dedicados a esta terrible matanza están ahora incluyendo nuevas prácticas como, por ejemplo, el tráfico ilegal de desechos tóxicos, químicos, sustancias que agotan la capa de ozono, mariscos y pescado capturados ilegalmente, madera ilegal y otros productos forestales. Así como minerales de zonas de conflicto, como el oro y los diamantes. Estos crímenes han aumentado vertiginosamente, por lo que forman hoy el cuarto sector de delincuencia a nivel mundial. Se estima que recursos naturales con un valor de entre 91 mil millones y 258 mil millones de dólares están siendo robados anualmente, privando así a los países del flujo de ingresos y de oportunidades de desarrollo.
Nos queda claro que es necesario un esfuerzo fuerte, muy amplio y, sobre todo, coordinado a nivel internacional. Otro gran problema existe en medio de todo esto: la corrupción. A los corruptos no les importa la ecología, ni la supervivencia de las especies ni mucho menos el futuro del planeta. Lo único que les motiva es el dinero y harán lo que sea necesario para lograr aun más ingresos. Eso es lo más triste de la situación: el egoísmo, la arrogancia, la falta de respeto tanto para los seres humanos como para las especies animales… ¡Qué desolación!
No tenemos elefantes ni rinocerontes en Morelos pero sí tenemos ecosistemas, árboles y plantas, además de agua. Hay gente corrupta que tala árboles, que roba agua, que echa residuos tóxicos a los ríos y las barrancas, sin una pizca de remordimiento, lo cual nos afecta negativamente a todos nosotros. El problema no existe sólo en África sino en cada rincón del planeta. El día que no tengamos agua, ¿qué pasará? Seguramente habrá entonces manifestaciones y conflictos, pero lo que importa es evitar que llegue ese día. Queremos trabajar para mantener nuestra sociedad siempre en paz. Si tú conoces a alguien que tale árboles ilegalmente, que robe agua, que envenene los ecosistemas de alguna manera, dile y convéncelo que eso no se debe hacer, razona con él con calma y con tranquilidad, hazle ver el daño que le está haciendo a nuestras vidas, a las vidas de nuestros hijos y nietos, al futuro del planeta. Nadie en este mundo tiene el derecho de privarnos ni de agua, ni de comida, ni mucho menos de una vida de paz y tranquilidad.