La mayoría de nosotros no nos damos cuenta que tanto empresas y organizaciones como gobiernos han invertido desde hace mucho tiempo en carbón, en petróleo y en gas natural, como comportamiento empresarial normal. Las empresas, instituciones, organizaciones, universidades, entre las más grandes del mundo –además de aquellos individuos cuya riqueza crece a través de inversiones inteligentes y acertadas– buscan la manera de convertir sus utilidades en aún más dinero para seguir invirtiendo en su operación y así seguir adelante y mejorar su oferta. La inversión en la industria de los combustibles fósiles ofreció durante largos años los mejores retornos financieros. Hoy, hay mucha presión sobre estas empresas para retirar su inversión en las industrias que más ensucian y dañan nuestro planeta y, por fin, eso está sucediendo.
Un reporte publicado por ArabellaAdvisors (www.arabellaadvisors.com), acogido favorablemente por las Naciones Unidas, menciona que casi 700 instituciones y más de 58 mil individuos ya se comprometieron no sólo en desinvertir sino en re-invertir en las energías renovables. Por fin están entendiendo que el único mensaje importante es que el futuro está en lo que se conoce como las industrias verdes, o sea las energías limpias y renovables. Arabella Advisors fue fundado en 2005 para crear estrategias que resultan en filantropía efectiva, para el bien de la sociedad. La página web donde detallan su filosofía tan positiva es realmente interesante.
La organización DivestInvest (http://divestinvest.org/) es una plataforma para motivar a instituciones a desinvertir en los combustibles fósiles y ayudarlas a invertir su dinero en las mejores opciones en apoyo al establecimiento de una economía sustentable y equitativa. Ellos también están llevando a cabo un trabajo sumamente importante para el futuro sustentable de nuestro planeta.
Esta noticia es muy buena por sí sola, pero es particularmente significativa que llegue ahora al final de 2016, ya que este año ha sido y sigue siendo el más caliente de la historia. La organización ambiental 350.org ha sido también participante clave en la campaña para lograr este cambio tan impactante en las inversiones: informan que cada sector de la sociedad está participando ya, desde universidades, fondos de pensión, instituciones culturales y filantrópicas, hasta ciudades, grupos religiosos, empresas aseguradoras, etcétera. Por fin están entendiendo que sus inversiones pueden impactar en el calentamiento global y, por ende, el cambio climático. Incluso ganadores de premios Nobel, liderados por el arzobispo surafricano Desmond Tutu, quien ganó el premio Nobel de la Paz en el año 1984, están exigiendo a la Fundación Nobel que desinvierta en combustibles fósiles. Seguramente lo lograrán.
Es bueno para la salud mental recibir una noticia tan alentadora y espero que cuando estén festejando la Navidad este año –y disfrutando nuestro clima tan primaveral– tomen un momento para contemplar nuestra realidad actual. El cambio climático es un hecho que no va a desaparecer. Sin embargo, cada vez más individuos, políticos y organizaciones empiezan a tomar medidas positivas. Éste es un gran regalo navideño y hay que apreciarlo mucho.
Les deseo a todos mis lectores una muy feliz Navidad y todo lo mejor para un año nuevo lleno de paz, amor, tranquilidad, seguridad, buenas prácticas, desinversión y mucha conciencia ecológica. Nos veremos en 2017. ¡Muchas felicidades!