No es el único caso en que la ciudadanía se harta de las formas caciquiles en que actúan sus autoridades, pero sí es consistente con otros caso que han afectado a la zona sur y poniente de la entidad, donde muchos de los presidentes municipales se sienten señores (o señoras) de horca y cuchillo, con suficiente soberbia como para incumplir la ley.
Eso casi siempre se refleja en la forma en que manejan los recursos públicos. Y en el caso que nos ocupa tampoco hay excepción: son muchos los millones cuyo ejercicio ha sido cuestionado pero las explicaciones brillan por su ausencia, porque el también ex diputado se siente intocable.