A ya más de una semana de los hechos trágicos que costaron la vida a dos personas en el llamado paso exprés de la autopista México-Acapulco, la expectativa ciudadana sigue siendo el obligado y necesario deslinde de responsabilidades y la urgente remediación de las fallas técnicas documentadas hasta el cansancio desde varios meses atrás en lo relativo al proyecto.
Abogados, ambientalistas, activistas y demás grupos sociales encabezan reclamos y recursos legales para que quienes sean responsables de la negligencia y corrupción que envolvió los hechos que enlutaron -no sólo a la familia de los dos hombres cuyo vehículo cayó en el socavón abierto a la altura del kilómetro 93 la semana pasada, sino a la de decenas de automovilistas que sufrieron percances que también les costaron la vida durante la edificación de la obra-, sean castigados.
Es lo menos que se puede pedir.