Eso provocará un hueco enorme en la gobernabilidad, pues esos seis meses rompen la continuidad de la labor institucional, por lo menos como hoy se aprecia.
Habrá que esperar a que el paso del tiempo diga cuáles son los efectos reales de una medida que deberá acatarse por todos menos por los diputados locales que tienen un régimen especial en ese concepto.
Por lo pronto, en tres semanas se definirá quienes de las actuales autoridades nacidas de las urnas aspiran a otro cargo público y quienes decidirán correr el riesgo de presentarse a la reelección.