La Secretaría de Movilidad y Transporte no necesita enemigos porque se crea sus propios problemas. No otra cosa puede pensarse de la declaración de su titular sobre que no habrá concesiones para los transportistas que adeudan el pago de derechos por control vehicular, cuando él mismo ha tratado de justificar las prolongadas fallas del sistema informático que se usa para dichos trámites.
Por supuesto que la ley simplemente debería aplicarse y ya, pero las repetidas dispensas y prórrogas han acostumbrado a los transportistas a hacer su voluntad, por lo que lo menos que ocurrirá hoy es una lluvia de declaraciones en contra del funcionario, hasta que se desista.
Bastaría con que la operatividad del órgano regulador del transporte público trabajara con normalidad para que los conflictos se evitaran y las derivas políticas se apagaran y sólo quedara lo esencial: que los prestadores del servicio simplemente acataran la ley.