Es necesario que los ayuntamientos se involucren y participen ampliamente para que la aplicación de las nuevas reglas de construcción surtan efecto y sean respetadas.
Su publicación constituye un avance para una mejor preparación en cuanto a eventos naturales como el que destruyó varias comunidades el pasado 19 de septiembre, pero será letra muerta si no se hace cumplir y eso le corresponde a los ayuntamientos, especialmente a aquellos que sufrieron daños por los sismos.
Los ciudadanos que reconstruyen sus viviendas no deben cometer viejos errores. La supervisión de las áreas de obras públicas municipales es vital para que tal cosa no suceda.