Es difícil contradecir al secretario de Desarrollo Sustentable Topitlzint Contreras en su afirmación de que es un retroceso ampliar la vida útil de los vehículos que prestan el servicio de transporte público, porque además de obsoletas contaminan más.
La medida que benefició a alrededor de dos mil transportistas significa –entre otras cosas- que dos millares de vehículos seguirán contaminando cuando bien podrían haberse sustituido por unidades en mejores condiciones.
Habrá que esperar a que, llegado el momento, se aplique a esa flotilla descontinuada la ley ambiental, a fin de que de una u otra forma quede controlada.