El Paso Exprés se ha convertido en un quebradero de cabeza para las autoridades de los tres niveles de gobierno. Los terribles fallos en esa obra –en la que también hubo un sobreprecio de mil millones de pesos de dinero público- dejó heridas que no terminan de cerrarse.
Recordemos que costó varias vidas, incluida la de los dos hombres que cayeron al ahora tristemente célebre socavón, y que el número de accidentes provocados por la negligencia a la hora de construir la ampliación del ramo carretero se contaron por docenas.
Simplemente, los vecinos del trayecto sufren por los desperfectos y olvidos y eso genera cada tanto alguna protesta que termina por cerras el tráfico de una de las carreteras más importantes del país.
La omisión de las autoridades federales sólo provocará más afectaciones.