Ayer fue día de accidentes graves en el Paso Exprés: con diferencia de unas cuantas horas, dos tractocamiones protagonizaron serios percances –con un saldo de varios heridos- en los que el nutrido tráfico que usa ese trayecto se vio severamente afectado.
La lluvia y el descuido de los conductores fueron la causa de los accidentes que pusieron de relieve la necesidad de someter a las reglas a quienes conducen sin precaución esas enormes máquinas.
Es normal ver cruzar a los enormes trailers (muchos de ellos de doble remolque) a más de cien kilómetros por hora el libramiento que tiene claro límite de sesenta kilómetros por hora.
Las deficiencias en la construcción de ese trayecto (carriles estrechos, mala señalización, curvas pronunciadas) se han encargado de hacer el resto.
Decenas de automovilistas sufren con demasiada frecuencia esa negligencia, por lo que las autoridades federales deberían poner más empeño en la vigilancia de todo aquello que ocurre en el Paso Exprés.