El fruto envenenado que dejó el gobierno anterior aún no ha mostrado todas sus caras: el daño que las instituciones resienten para concluir las últimas semanas de 2018 seguramente se extenderá a todo 2019.
Perversamente, quien gobernó hasta el 30 de septiembre no sólo vació las arcas, sino que creó obligaciones financieras que dañarán la operación del nuevo gobierno, cuyo presupuesto fue mermado a propósito con las modificaciones que hacen obligatorio entregar más dinero a la Fiscalía o al Poder Judicial.
Esa perversidad no debe quedar impune.