Los municipios indígenas –nacidos de un acto de propaganda electoral del anterior gobernador- enfrenta graves problemas financieros derivados de la improvisación en el proceso que los creó.
Eso ha terminado por afectar a grandes grupos de población ajenos a esos municipios, pues una parte de las nuevas autoridades han usado de manera reiterada la fuerza para respladar sus reclamos, sobre todo de dinero.
Sin embargo, el subsecretario de Gobierno Jesús Guízar Nájera reveló ayer las causas por las que dos de los consejos municipales indígenas aún no reciben recursos, además de que el funcionario recalcó que la fórmula utilizada para el reparto presupuestal con los municipios de origen es la correcta.
Ese último punto será resuelta por el Poder Judicial de la Federación a través de varias controversias constitucionales, pero el problema subsistirá seguramente, porque los padres de la idea seguramente tenían eso en la cabeza.
Es difícil fincar responsabilidades por eso, pero al menos debe señalarse que todos los ámbitos en los que el anterior gobierno podría heredar dificultades fueron utilizados para salirse con la suya.
Ojalá y la condena moral que hoy reciben los responsables venga acompañada de alguna forma de castigo, por los daños inmensos que causaron a la sociedad morelense.