El cabildo de Cuernavaca ha anunciado un control de los negocios que venden alcohol, a los que condicionará a que expendan también alimentos como la única manera de que sus licencias de operación sean refrendadas.
Sin embargo, es necesario que el resto de los municipios emprendan acciones encaminadas a disminuir los puntos de venta de alcohol y a limitar el horario de operación de los que ya existen.
De igual manera se requiere estabilizar los operativos que controlan la ingesta de alcohol de quienes conducen un vehículo motorizado, a efecto de evitar accidentes.
Pero de nada sirve todo eso si los consumidores tienen un acceso fácil a las bebidas alcohólicas.
El vergonzoso lugar que Morelos ocupa en cuanto a la ingesta de bebidas embriagantes debe quedar atrás, pero se requiere un combate multidisciplinario para dejar atrás todos los problemas sociales y de salud pública que actualmente genera el alcohol, gracias a la permisibilidad para su comercialización.