China llegó como la potencia económica más importante enfrentándose a los Estados Unidos en igualdad de condiciones. Por primera vez, los americanos no podían imponer condiciones.
El presidente Obama insistió a la República Popular China en reevaluar su moneda porque la diferencia de los tipos de cambio está frenando el crecimiento de las exportaciones en el resto del mundo. Se pensaba que en un deseo de compartir las decisiones económicas se podría reevaluar el yuan de manera que la competitividad de otros países se recuperara. Pero la decisión de China fue de no reevaluar su moneda.
Eso significa que para mantener la competitividad muchos países incluyendo el dólar americano y el euro de la Unión Europea tendrán que devaluarse para recuperar competitividad ante los productos chinos. China es ahora la mayor exportadora de productos y al mismo tiempo es la segunda mayor importadora del mundo, de manera que su posición es la de mantener su competitividad a base de precios bajos. Parece ser que ésta será su política para el largo plazo.
El tipo de cambio actual es 6.776 yuanes por dólar norteamericano. Es decir, al estar subvaluado el yuan le da una gran ventaja para colocar su producción en los mercados internacionales. Hay que ver también la gran escala para lo que tienen que planear, más de mil millones de habitantes. Con su enorme fuerza de trabajo, si los salarios se mantienen bajos y el yuan sigue subvaluado, la ventaja para la producción china es enorme. Estos factores repercuten en poner un freno a la exportación de los países que toman como base el dólar americano o el euro europeo. Esto trae muchas consecuencias; por un lado, la posibilidad de tener que devaluar el dólar o el euro para hacerse competitivo generaría un gran desequilibrio a los países que tratan de mejorar sus exportaciones, porque éste es el único medio de avanzar en la economía moderna.
Los gobernantes chinos tienen una visión diferente a los otros países. Consideran que a pesar del enorme crecimiento de su economía, necesitan impulsar aún más sus exportaciones. Sus gobernantes sostienen que necesitan un crecimiento del 7 al 8 por ciento por un largo periodo para mantener la estabilidad social.
Varios investigadores y financieros han estado trabajando escenarios, tratando de ver qué pasaría si ante la negativa de China de reevaluar su moneda otros países tuvieran que devaluar sus monedas. La mayor parte de los expertos dice que esto podría producir una espiral inflacionaria. Esto lo manifestó también el Ing. Carlos Slim en México. Qué significaría esto, pues una inflación sin crecimiento sería un verdadero problema para países que en estos momentos están en la órbita del dólar o del euro y que sus exportaciones se verían amenazadas por los precios a los que pueden exportar sus productos la industria china.
Lo más serio de este caso es que el resultado de una inflación sin crecimiento es el desempleo. Esto se da en un gran porcentaje sobre todo en países como el nuestro que se verá afectado por estos movimientos cambiarios. Porque hay otro factor también que es importante en relación al desempleo que es la tecnología. La tecnología es necesaria para avanzar, pero al mismo tiempo va desplazando mano de obra. La tecnología genera nuevos empleos que requieren una gran calificación en el trabajo y los trabajos que no son tan calificados empiezan a desaparecer.
Estas circunstancias hacen que se enfoque nuevamente al sistema educativo, porque la necesidad es de dar mayores conocimientos a los mexicanos para poder entrar al mercado de trabajo en mejores circunstancias. No hay duda que el aspecto educativo es una de las crisis sociales de nuestro país, pero ahora es claro que ya es un factor importante en el área económica. La economía global y los avances tecnológicos muestran la necesidad de fortalecer el sistema educativo. El sistema nacional debe actuar con rapidez para no caer en la obsolescencia y que el país no pueda competir en la economía global.