Los embarazos no deseados en niñas y adolescentes son un grave problema de salud púbica por varios factores, entre ellos que en ese resultado hay violencia intrínseca contra las jóvenes mujeres.
Por cuestiones ideológicas, en los doce años de gobiernos panistas la educación sexual se disimuló y todo lo que tuviera que ver con la anticoncepción como responsabilidad oficial se incumplió.
Ahora la sociedad morelense debe enfrentar los resultados de esa amoral política, pero también debe reconocer otros factores para entender su ciclo y combatirlo.
El embarazo no deseado en adolescentes afecta a miles de mujeres, que ven truncado su sano desarrollo, especialmente por los prejuicios atávicos que condenan pero no ayudan.
Una acción efectiva requiere de la labora de las autoridades pero también del involucramiento de la familia como primer educador.
Seremos modernos como sociedad si problemas como el aquí mencionado se superan. Ojalá lo logremos.