Aunque se trata solo de una muestra, el trabajo realizado por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) es revelador de lo mucho que falta por hacer en materia de salud pública.
El resultado, que la mitad de los infantes estudiados en una muestra de dos mil 700 personas no gocen de buena salud bien, seguramente puede extrapolarse a toda la población.
Los hábitos alimenticios son decisivos a la hora de analizar esa situación, porque la mayor parte de los padecimientos provienen de una inadecuada ingesta de nutrientes.
De no tomarse cartas en el asunto, esos niños se convertirán en adultos enfermos, lo que tendrá no solo un alto costo sanitario, sino social.