La postura de la Comisión Federal de Electricidad de dar trato de empresa a la capital de Morelos -específicamente al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca- genera permanentes conflictos sociales que dañan la convivencia y afectan a decenas o cientos de miles de personas que nada tienen que ver en el asunto pero que sufren las consecuencias.
Cortar la electricidad a los pozos que abastecen de agua potable a la ciudad ha sido una estrategia recurrente de cobro que ha tenido duras consecuencias, pues no se afecta a quienes administran el municipio sino a hombres, mujeres y niños que se arriesgan incluso a una crisis sanitaria, porque los espacios públicos y privados se quedan sin abasto de agua, lo que impide el buen funcionamiento de comercios y lugares de servicios, pero también de escuelas y hospitales.
Aunque ahora la CFE es una empresa productiva del estado, trabaja con recursos públicos, los mismos que aportan los ciudadanos de Cuernavaca a los que afecta una y otra vez con los cortes de energía que deben ser reconsiderados, para replantear otras estrategias que no signifiquen sufrimiento social.