Ayer, especialistas del Instituto Nacional de salud ofrecieron en Morelos información muy interesante sobre los riesgos que implica desobedecer las recomendaciones de confinarse a niveles extremos para retrasar hasta donde sea posible la infección por el coronavirus que ha causado estragos en medio mundo.
Esos datos constituyen un llamado a la reflexión para todas aquellas personas que minimizan el peligro que implica la nueva enfermedad. Y no precisamente se refiere a quienes por necesidad deben salir a la calle, sino a aquellas personas de todos los estratos sociales que ponen en peligro la vida de los más vulnerables con su actitud despreocupada.
Si las cosas siguen así, si esa indiferencia mortal se mantiene, no habrá en Morelos recursos suficientes para atender a tanto enfermo.
Nuestra entidad tiene características especiales que propician una rápida transmisión de la pandemia que solo pueden cortarse si la gente se queda en sus hogares.
Urge hacer caso.