El regreso a clases en la modalidad virtual implica enormes retos para los docentes de todos los niveles educativos, no solo por el uso de recursos para la enseñanza que normalmente no utilizan, sino porque el acceso a internet y a una computadora a veces es un privilegio del que carecen comunidades enteras.
Sin embargo, la inesperada pandemia ha dictado las reglas y es necesario adaptarse, porque lo que está en juego no es terminar satisfactoriamente un curso más, sino miles de vidas.
Lo que sí debe prepararse es una salida que permita a los menos afortunados seguir el ritmo o no quedar tan rezagado de aquellos que si tienen acceso fácil a las tecnologías de la información.
Estamos ante un mundo nuevo por conquistar. Todas las ideas son bienvenidas y nada debe descartarse, pero tampoco nadie debe ser descartado.