La cercanía de la celebración a las madres mexicanas hace temor lo peor en el escenario de la pandemia de covid-19: a pesar del enorme riesgo de contagio, la intención de celebrar puede hacer que muchos conciudadanos se lancen a las calles y se aglomeren en lugares de comida y aquellos que ofrezcan regalos, lo que en quince días se manifestará en más muertes innecesarias.
Las cifras oficiales que hasta hace unos días eran frías y distantes ahora se traducen en rostros conocidos, en caras que ya no volveremos a ver, en nombres y apellidos.
Si esa dura lección no es asumida por la gente irresponsable, el dolor crecerá pero sobre todo el daño económico por la paralización de las actividades se extenderá en el tiempo.
Salir pronto del confinamiento requiere de disminuir antes el nivel de contagios. Seguir en la calle seguramente no beneficiará a nadie, ni siquiera a los comerciantes que pudieran lograr un ingreso con motivo de la fecha, porque ese dinero no será suficiente para cubrir los gastos que ocasione la enfermedad y sus muy posibles complicaciones.