Los 106 decesos que hasta ayer se habían contabilizado oficialmente deberían ser un indudable disuasor para mantenerse en casa y evitar contagios por covid-19, pero la irresponsabilidad se hizo manifiesta de nuevo con motivo de la celebración del día de la madre.
La falta de conciencia de un importante sector de la población hizo que ayer se vieran indeseables aglomeraciones y quedaran expuestas al contacto infinidad de personas vulnerables, muchas de ellas las mujeres motivo del festejo.
El triste resultado se verá en 14 días, cuando los contagiados por ese descuido comiencen a manifestar síntomas.
El sistema sanitario -casi a su máxima capacidad- y una parte de gente inocente pagará las consecuencias de una actitud que a estas alturas no se justifica, porque está más que demostrado que la epidemia está por todos lados y es mortal para quienes padecen enfermedades crónicas.