Luego de que los cirujanos plásticos organizados han denunciado una muerte más por malas prácticas relacionadas con su profesión por parte de personas que no forman parte de la misma, se entiende la importancia de reformar la ley para castigar conductas que ponen en riesgo a la gente.
Morelos tiene en la memoria casos notables de ciudadanos que de manera confiada se han puesto en manos de profesionistas que no son especialistas del área en la que lucran, y los resultados han sido funestos.
Hay muchos pendientes en la entidad, pero es posible que ninguno sea menos importante.
Mientras, esperemos que el legislador que debe tramitar las reformas necesarias haga lo necesario para que estas avancen, por el bien de la sociedad.