Las autoridades electorales de la entidad han fijado ya los topes de precampaña para el próximo proceso electoral en el que se renovarán las alcaldías y las diputaciones locales.
La existencia de 18 partidos -la mayor parte de los cuales puede tener candidatos a todos los cargos en juego- hace que las aparentemente limitadas cifras en realidad constituyan un enorme gasto en conjunto, solo para la etapa previa.
Ese gasto de los precandidatos resulta ofensivo porque los problemas económicos que vive la entidad requieren la inyección de recursos públicos cuando las arcas están agotadas.
Sin embargo, quienes buscan un cargo de elección gastarán cifras impresionantes para tratar de lograr su objetivo, un dinero que en lugar de destinarse a resolver problemas apremiantes se dispersará en actividades que no trascenderán más que un momento.
En pocas palabras, el dinero de las precampañas se hará humo, mientras las necesidades sociales se acumulan.