Ayer finalmente -tal y como lo consigna la versión web de La Unión de Morelos- los transportistas agrupado sen la CTM cumplieron parte de la amenaza vertida contra la sociedad, al bloquear durante al menos una hora la circulación en el paso exprés durante el sepelio de uno de sus dirigentes asesinado a balazos el jueves.
De manera innecesaria usaron parte de sus vehículos para incomodar a la ciudadanía, ajena totalmente a sus reclamos.
Cerrar las vías de comunicación daña a decenas quizá cientos de miles de personas inocentes, pero quienes promovieron el acto de fuerza no tienen la mínima conciencia social que se supone es el origen de su representación.
Habrá que confiar en que la amenaza no vaya a mayores y que el chantaje no fructifique.