Morelos es uno de los estados donde el consumo per cápita de alcohol es de los más elevados de México, por lo que el cambio en las reglas para vender bebidas embriagantes tendrá una repercusión importante.
Aunque es difícil pensar que una nueva norma jurídica cambié en poco tiempo el desolador panorama actual, al menos despierta el optimismo.
El consumo excesivo de alcohol es un grave problema de salud pública en la entidad debido a todos los males que acarrea como los graves accidentes de tráfico y laborales que produce cada día y la imparable violencia intrafamiliar, pero también por las enfermedades que propicia entre los adictos a esa droga socialmente permitida.
Hay una gran industria detrás de ese consumo que no renunciará a su clientela, pero si quienes son niños ahora quedan a salvo de la exposición desmedida a ese tipo de productos existe la posibilidad de que el problema comience a ceder en algunos años.
Por lo pronto, esperemos que los grupos de presión no bloqueen o retrasen la elaboración y entrada en vigor de la nueva normatividad.