El reporte sanitario de ayer indica que en Morelos finalmente hubo alguna mejoría en cuanto al número de contagios reportados, pero no fue suficiente, por lo que hoy estamos en semáforo naranja, un duro retroceso que pone en peligro decenas de miles de empleos y la forma de vida de muchas personas.
Tenemos poco menos de dos semanas para demostrar que como sociedad somos capaces de asumir nuestra responsabilidad y poner por encima de todo el bien común.
Las medidas sanitarias básicas son ahora impostergables. Tenemos que salvar vidas pero también a la economía. Miles de empresas pueden quebrar si no hacemos lo correcto a partir de ahora.
La limitación de algunas actividades gubernamentales y privadas puede contribuir a lograr buenos resultados pero no será suficiente si el resto de la población mantiene actitudes de riesgo.
Debemos evitar que los servicios hospitalarios colapsen y que las personas en riesgo mueran de forma innecesaria.
Quienes fallezcan no solo serán cifras que se sumen. Serán -como desde el principio- parientes, amigos, compañeros, personas con un rostro y una cercanía cuya ausencia lamentaremos, sobre todo porque pueden evitarse esos terribles desenlaces.