Será difícil evitar que Morelos retroceda en el semáforo sanitario luego de actos tan riesgosos como la concentración que ayer hicieron profesores jubilados movidos por sus líderes.
Finalmente, el sentido común salió derrotado, a pesar del costo que esa acción tendrá seguramente en la economía de la entidad.
Si nos vemos obligados a endurecer el confinamiento, los profesores jubilados seguirán gozando de sus percepciones, mientras que aquellos cuya actividad económica requiere de la circulación de las personas se quedarán sin ingresos y sufrirán lo indecible para sobrevivir.
Y eso sin contar con el costo sanitario que tendrá el tratamiento al que deberán someterse todos aquellos que ayer se contagiaron de covid en esas manifestaciones. No cabe duda que el civismo se ha convertido en letra muerte, aún para aquellos cuya profesión fue enseñarlo.