Es difícil conocer la viabilidad de que particulares compren vacunas contra el covid 19, por lo menos para que las adquisiciones lleguen a tiempo para combatir la pandemia.
Las grandes empresas productoras del biológico tienen comprometida su producción con los gobiernos de casi todos los países, por lo que difícilmente podrían surtir encargos menores antes de que finalice el año.
Aparte, el gobierno mexicano tiene la obligación de garantizar la aplicación de la vacuna al grueso de la población, sin ningún distingo, por lo que difícilmente habrá un mercado potencial para el producto, excepto el elitista que hoy existe y que busca condiciones de aplicación exclusivas.
Los científicos coinciden en que la aplicación de la vacuna -cualquiera de las que han sido probadas y ya se aprobaron- es la única salida a la pandemia y a la crisis económica que ésta causó.
Por lo mismo, abrir la comercialización se puede prestar a fraudes. No en balde resultó falsa la afirmación de un empresario de que había adquirido varios millones de vacunas rusas.
Si el propio órgano productor de la vacuna del citado país no hubiese desmentido la supuesta compra, podemos especular lo que podría haber pasado en México.