Los consejos ciudadanos de participación son una figura que permite a los vecinos de cada comunidad interactuar con las autoridades municipales para proponer y aprobar el destino de los recursos contemplado para ejecutar obra pública.
Se trata de un servicio honorífico que ahora un grupo de esos representantes busca convertir en un empleo pagado con recursos públicos.
El error cometido hace varios trienios para dar un ingreso fijo a los ayudantes y delegados municipales terminó por convertirse en una pesada carga para los presupuestos municipales que no garantiza a los ciudadanos tener una buena representación vecinal.
El dinero público, cada vez más escaso, no podría permitirse el peso de otra estructura orgánica que duplicaría a la ya existente.
El espíritu de civismo debe prevalecer. Quienes participan de un puesto honorífico de representación debe entender que es su contribución a la sociedad.
Quizá algún día se puedan arreglar los excesos cometidos a la hora de premiar a las autoridades auxiliares, pero no pueden cometerse equivocaciones del mismo tipo con otra categoría de representación.