A pesar de su enorme importancia, la industria de la construcción también ha sido una víctima más del covid. Los profesionales del área que ayer celebraron su día tienen que soportar el peso del desempleo por la paralización de la obra pública y privada, por lo que viven apenas con lo indispensable.
La participación económica de la construcción en la sociedad morelense se ha reducido al mínimo y ese panorama solo cambiará cuando se logre regresar a la normalidad.
Eso requiere de la participación de toda la sociedad, para que mediante el acatamiento de las medidas sanitarias la pandemia retroceda la suficiente para abrir de nuevo la economía.
Incumplir con el uso del cubrebocas no solo es una descortesía sino una práctica de riesgo que produce no un daño individual sino colectivo.