Su voz serena que revela a un hombre con temple, poco a poco se va transformando hasta que el tono es otro, de enojo, de rabia. Exige justicia, castigo ejemplar. Lamenta el asesinato de su hijo Juan Francisco Sicilia, de sólo 24 años de edad, y de sus tres mejores amigos, que eran como sus hermanos.
Y en medio de su dolor lanza una consigna que describe el tamaño de la tragedia: "No podemos ver a un muchacho más muerto". Luego un breve silencio.
Javier Sicilia, poeta, periodista, evoca su pena y los horrores que enfrentan cientos de padres que como él, han visto caer a sus propios hijos. "Creo que todos ya estamos hasta la madre... hay que unirnos, levantar todos la voz. No podemos ver morir a otro hijo más".
Se quiebra por un momento, pero rápido retoma la exigencia. "Esto no puede seguir así, este país tiene podrido el corazón".
Apenas unos días antes le llegaba la noticia hasta las Filipinas, donde se encontraba por cuestiones de trabajo. La noticia, colosal, devastadora. Su hijo Juan Francisco y otras seis personas habían sido localizadas asesinadas brutalmente en el interior de un vehículo sobre la autopista México-Acapulco, en el municipio de Temixco.
Describe su regreso "infernal" a México para encontrarse con una realidad cruel, ineludible, la pérdida de su hijo y la muerte de los amigos de Juan Francisco. La plática, la reflexión del suceso, con la periodista Carmen Aristegui, en MVS Radio.
Su desesperación, su impotencia llega a un límite. "Hay que exigir al narcotráfico que reconsidere sus códigos, que no pueden estar matando indiscriminadamente inocentes, esto ya rebasó todo, ni las mafias antiguas hacían esto".
Pide, exige, reclama a las autoridades acabar con la inseguridad, evitar que se den más tragedias, más muertes. "Yo no quiero un muchacho más muerto, ni quiero más a un muchacho estigmatizado por las autoridades y por la prensa, vinculándolos con el narcotráfico, quiero a unos muchachos que tengan oportunidades de crecer y que puedan realmente rehacer esta nación, porque está desgarrada absolutamente. Y le pido a cada unos de estos padres que han perdido un hijo, pues que no cejemos, que nos unamos con estos grupos de solidaridad, con los amigos, con los que están luchando para que esto no vuelva a suceder".
La conversación es larga, pero a Javier Sicilia le hace falta tiempo para narrar la pesadilla que lo tiene envuelto. "Todos, la ciudadanía, estamos cansados y muy dolidos. Cada muchacho que se está muriendo, ya se está volviendo el hijo de cada uno de los seres de esta nación".
Se siente desconcertado por el crimen. En firme, acepta, desconoce las circunstancias que envuelven en multihomicidio. "No tengo idea (del por qué del asesinato) es tan nebuloso todo como en este país, por desgracia".
Reclama la omisión del gobierno de Marco Adame Castillo frente a los sucesos de violencia que sostiene, son cada vez más frecuentes en Morelos. "Es terrible la ausencia de las autoridades en este tipo de casos, es atroz".
Quiere, reclama justicia, pero advierte del riesgo de que se detenga a gente que no tenga nada que ver en el crimen. Insiste en la descomposición de las instituciones, de penetración de la delincuencia en sus estructuras. "(El crimen) está destruyendo a lo mejor de nuestra gente, a nuestros muchachos".
Asegura con una vehemencia que se plasma en sus palabras que los partidos políticos no están contribuyendo "absolutamente en nada" para que el país sea mejor, se resuelvan los grandes problemas que golpean a México, como la inseguridad. "Estamos en una verdadera emergencia nacional y nadie está haciendo realmente un trabajo serio".