La zona oriente de la entidad parece regresar a los años más broncos que ha vivido. Tlalnepantla, Tepalcingo y otros municipios viven conflictos entre sus grupos de poder que desquician la paz social.
Las disputas por el control de la estructura de gobierno municipal se han salido de control varias veces en lo que va de año y otras instituciones han tenido que acudir para poner la paz.
Incluso ha sido necesaria la intervención policiaca para poner orden, lo que habla de los elevados riesgos que esas peleas internas generan entre la población.
Por supuesto, mientras los políticos pelean sus pequeñas parcelas de poder, las actividades económicas de la región involucrada se ven alteradas, por lo que el precio a pagar es menos desarrollo en lugares donde de por sí ya viven atrasos significativos.
En pocas palabras: hay municipios que no merecen a quienes los gobiernan.