El órgano encargado de vigilar el correcto uso de los recursos públicos hace mucho que no cumple su función.
Aunque tiene un alto costo para los contribuyentes y proporciona buenos salarios a los recomendados que están en su nómina, la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización solo se dedica a avalar -por acción o por omisión- el (¿mal?) uso del dinero de sus patrones los diputados locales que controlan el Congreso y de quien ellos dicen, principalmente parientes y amigos.
Lo de ayer no fue un engaño. Siempre se supo que José Blas Cuevas Díaz era la persona que sería nombrada para encabezar el organismo. Y se cumplió todo al pie de la letra.
Una vez más, los diputados locales se burlaron de sus electores. Y lo seguirán haciendo en el tiempo -cada vez menos- que les queda en el cargo.