Los cuestionamientos que realizó la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en el foro internacional del G20 sobre la discrepancia entre el número de personas en el mundo que viven por debajo de la línea de pobreza, contra el crecimiento desmedido en gasto de armamento en los últimos dos años, son una crítica directa a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Y es que si algo ha traído a todo el mundo este conflicto bélico, es alza de precios en alimentos y carestía de materias primas; ambos afectan más a las clases más pobres.
Su propuesta de destinar el 1% del gasto militar mundial para poner en marcha un programa a nivel mundial de reforestación, tipo Sembrando Vida (que es una propuesta del expresidente López Obrador), ha sido bien intencionada, pero poco atendida por las economías más importantes del mundo.
Esta vez parece que no será la excepción, por lo que en futuros foros es necesario imprimir un sello propio y enarbolar nuevas banderas como propuestas que puedan ser más atractivas para un espacio con dimensión mundial.