De esa forma se han determinado los alcances del principio de paridad de género pero también se ha hecho evidente la necesidad de legislar para acabar con esa cada vez más arraigada costumbre de dejar que sea la justicia federal la que determine el alcance de las leyes locales o las consecuencias de su falta.
El marco jurídico estatal está lleno de parches y remiendos.
La próxima Legislatura tiene por delante tres años en los que bien podría solventar carencias que terminan por obstaculizar o retardar la buena marcha de las instituciones.