Por supuesto que todo aquello que corre peligro de ser arrasado por las aguas fue construido en zonas inadecuadas y alguien lo permitió o toleró.
Desafortunadamente poco se puede hacer para sancionar a los responsables y lo que queda es actuar para corregir la situación.
Mantener recursos en alerta cada temporada de lluvias es lo más barato a corto plazo pero sumado todo ese dinero podría haber ayudado a la reubicación.
Una vez que pasan las lluvias el peligro se olvida hasta el siguiente año, pero una situación así, que se ha vuelto rutinaria, no debería ser ni siquiera un escenario.