Dirigir un organismo que busca hacerse de prestigio incluye un cuidado extremo del fondo y de la forma.
La maniobra que le permitió obtener una resolución favorable debe ser explicada ampliamente, pero aún así es irregular conforme a la interpretación que ha hecho la Suprema Corte de Justicia de la Nación de casos como el que nos ocupa.
La única cura para el error es una dosis excesiva de transparencia y las acciones necesarias para rectificar lo que sea necesario.