De esa forma se busca ofrecer un mejor rostro del centro de la capital morelense, a fin de recuperar el nivel turístico que alguna vez tuvo.
Para que sea efectiva, la medida deberá exigirse de forma continuada y no sólo a la hora de lanzar el programa de mejoramiento, a fin de evitar que se regrese a lo anterior.
Los cambios son buenos y la ciudad merece un mejor rostro. Sólo habrá que vigilar que el principal grupo beneficiado no infrinja la ley o use sus tradicionales métodos para al final actuar como acostumbran.