Lo que cualquier sistema educativo nacional se plantea es determinar la naturaleza en que transcurre la jornada escolar entre los alumnos y los maestros. Quienes encabezan y toman decisiones en la materia deben definir en qué dirección avanzar, qué cambios se deben de emprender o redefinir el tiempo que los niños pasan en la escuela y el que los docentes dedican a sus alumnos.
En el caso de la educación básica, al inicio de clases se adiciona una serie de cambios. Todos ellos vinculados a la Reforma Integral para la Educación Básica (RIEB), emprendida a través de nuevos programas de estudio que, como antecedente, se ubican en el ciclo escolar 2010-2011. En esencia, el eje de esta iniciativa, plantea un cambio en los métodos de aprendizaje: no se sustenta únicamente en objetivos, sino en las competencias de los estudiantes, para mejorar el nivel educativo.
El plan también busca inhibir la deserción escolar porque el alumno “reprobó”, un escenario que -como bien ha definido el subsecretario de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Fernando González, “está en desuso”.
MEJORES ENTORNOS EDUCATIVOS
Y en efecto, un estudiante que se sitúa en el rezago educativo a partir de la “no acreditación” o promoción a otro grado académico, se constituye en un alumno que –afectado en su autoestima- quedará al margen del desarrollo académico y por lo tanto conformará parte de la numeralia en cuanto a rezago educativo.
A la luz de la RIEB existen una serie de elementos que bien vale la pena ponderar en su justa dimensión. En 2004, como se sabe, se emprendieron una serie de reformas en educación preescolar y en 2006 en educación secundaria, cuya esencia era establecer las bases del perfil de egreso de la educación básica, que desde 1993 no se había modificado.
Para 2008, bajo un amplio diagnóstico, se señaló la necesidad de llevar a cabo un proceso de revisión y de reforma de la educación primaria para articularla con el último año de preescolar y el primero de secundaria. Y se puede decir que la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), suscrita en mayo del 2008 por el gobierno federal y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), forma parte de este núcleo para “impulsar la reforma de los enfoques, asignaturas y contenidos de la educación básica”.
En el análisis, se puede decir que hay un plan de obra con objetivos, metas y oportunidades. Redirá frutos, en la dinámica educativa, en los años venideros. No es un asunto mediático y por lo tanto parecería que no es “noticia”. Pero es un tema sustantivo, nodal, para dar pasos, a una problemática bajo la cual se busca una mayor calidad y equidad en la educación básica, un ámbito en el cual todos los sectores educativos y actores de la sociedad han externado su punto de vista.
Al margen de ello, la ruta trazada implicará una evaluación trianual en educación básica en función del aprendizaje esperado de los estudiantes y una boleta anual de clases, que desplaza al esquema añejo de la memorización de conocimientos, del aprendizaje enciclopédico. Incluye servicios de tutoría que los maestros realizarán como trabajo adicional al que concierne en el aula, encaminados a promover al estudiante al siguiente año escolar. La boleta de calificaciones tendrá diferentes categorías: promovido, promovido con apoyo. Desaparece la categoría de “no promovido". Habrá continuidad en el tránsito de la educación preescolar, primaria y secundaria.
LOS DESAFÍOS
Al cierre del año escolar 2010-2011 se implementaron los nuevos programas de estudio para todos los grados de primaria. En este ciclo (2011-2012) se aplicarán en todos los centros educativos del territorio nacional. De hecho, los nuevos planes y programas de estudio –publicados el Diario Oficial de la Federación- para primero y sexto grado de primaria, se instrumentan desde el ciclo escolar 2009-2010. A la fecha han sido distribuidos 52 mil 554 planes y 112 mil 44 programas de estudios para la primera etapa de la prueba experimental en aula en primero, segundo, quinto y sexto de primaria.
Un dato adicional: el proyecto que articula la educación básica plantea la ampliación de la jornada como una estrategia que permitirá la modificación en la gestión de los aprendizajes. Entre otras características –por fin- destaca el inglés como segunda lengua oficial y obligatoria. Los alcances de la RIEB, sin duda alguna, representan un desafío para las autoridades educativas, pero lo que se debe reconocer es que hay un esquema, una ruta, encaminada a elevar la calidad educativa en el país.
ALREDEDOR DEL PAÍS.-
Acuerdo SNTE-Moreno Valle a favor de la Educación en Puebla.- Como parte de los esfuerzos por elevar la calidad de la educación a nivel nacional, en Puebla, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), firmó el 18 de agosto en Puebla un acuerdo con el ejecutivo estatal presidido por Rafael Moreno Valle el pasado.
Las secciones sindicales 23 y 51 encabezadas por los líderes, Eric Lara y Cirilo Salas, --quienes contaron con la presencia de Juan Manuel Armendariz Rangel, representante del CEN del SNTE-- lograron una negociación que beneficia a los maestros agremiados al SNTE, y el cual comprende un aumento del 4.7 por ciento al salario y 1.3 por ciento en prestaciones.
Y como parte de este convenio se anunció un proceso de capacitación para el magisterio, que específicamente tiene el propósito de capacitar a maestros y maestros en el manejo de computadoras, y en el aprendizaje del idioma inglés, y para lo cual fue autorizado un monto de 100 millones de pesos. De igual forma, se acordó la entrega de 500 becas de 10 mil pesos cada una, para alumnos sobresalientes en educación básica y más de 4 millones para proyectos que definan Comités de Participación Social integrados por padres de familia.
La firma de este acuerdo en Puebla, sin duda contribuye a la apuesta del gobierno de Rafael Moreno Valle, de ser un referente nacional en materia educativa. Hay muchos desafíos que deben enfrentarse para obtener una educación de calidad, pero sin duda se están dando pasos firmes en esa dirección.